Esa mujer de rostro un tanto
anodino, de andares tan borbónicos,
y en general, absolutamente
recatada junto a su
marido y sus hijos, de la que nunca pensamos
que se convirtiera en “materia caliente”
para los medios, resulta que se
encuentra metida hasta el cuello en la
marejada entre económica y política levantada
por un tal Ignacio Urdangarín,
ex jugador de balonmano y con el
tiempo su pareja estable y hasta recomendada. Leer el articulo completo Norberto Alcover 11-04-13